¿Cómo impacta la organización en la salud mental de las personas? Un sistema bien organizado, ¿permite, desde una mirada preventiva, disminuir el riesgo de colapso emocional en los funcionarios/colaboradores? 

La pandemia asociada al Covid-19 ha sido un desafío que ha llevado a las instituciones de salud a una permanente presión y tensión, debiendo los equipos prepararse para enfrentar una sobredemanda bajo una presión nunca antes vista.  Lograr en escaso tiempo movilizar, modificar y graduar todos los recursos organizacionales, nos sitúa en un escenario de alta complejidad. Sin embargo, es esto mismo lo que nos lleva a visualizar las bondades de ciertas dinámicas y recursos introducidas a la organización durante la pandemia, generando una oportunidad de replantear ciertas condiciones en los lugares de trabajo, facilitando así, climas sanos de convivencia, como también un servicio de atención basado en una mayor eficiencia y bienestar para usuarios y funcionarios. 

Un adecuado manejo de los recursos organizacionales disminuye el riesgo de estrés, ansiedad, conflictos, malos entendidos, contingencias, entre otros. 

La definición de objetivos, la planificación, una adecuada administración, un plan de comunicación integral y transversal, son elementos claves que nos permiten comunicarnos mediante un lenguaje común en la organización, disminuyendo, de forma preventiva, los riesgos de confrontación, de burnout, de desconfianza e incertidumbre. 

Algunas recomendaciones: 

1. La tecnología de la información ha sido un recurso clave, facilitando no sólo la comunicación sino además el vínculo familia/paciente, como también la efectividad del personal de salud. En la medida en que podamos introducir, formalmente, un modelo de comunicación, a través de las TI, estaremos frente a una solución para las salas de espera, las visitas y la incertidumbre, no solo frente a situaciones de pandemia, sino de forma permanente, disminuyendo riesgos asociados al trato del personal de la salud, al contagio de diversas enfermedades y otras situaciones. 

2. La tecnología de la información como también los distintos dispositivos nos otorgan una buena plataforma desde la cual organizar los equipos de trabajo. Esto implica formalizar, bajo condiciones contractuales, una serie de ítems asociados a los recursos tecnológicos y el recurso humano. 

3. Crear espacios formales de actualización y entrenamiento frente a protocolos e instructivos. Reforzar estos espacios con recursos didácticos tales como videos, audio, gráficos con el fin de dar acceso a éstos a través de los distintos dispositivos digitales. 

4. Una adecuada y formalizada distribución de funciones, las cuales además deberán ser comunicadas de forma verbal a través de capacitación, como también a través de distintos formatos (flujogramas, entre 

otros), con el fin de lograr una cadena continua y fluida de las distintas disciplinas, funciones administrativas, aseo y mantención. Esto ayuda a fortalecer el vínculo entre el recurso humano, valida la importancia de cada aporte, facilitando el sentimiento de pertenencia. 

5. Crear espacios adecuados de descanso (espacios cómodos, bien ventilados, colores suaves, luz natural, o luz día, acceso a frutas y jugos) evitando estímulos que no permitan el buen descanso (noticieros). 

6. Contar con apoyo psicológico, a nivel individual y grupal como parte de los estándares de la organización. 

¡Estímulos sanos facilitan el bienestar! 

Autora: Ps. Marcela Cortez.

Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC

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